9.10.10

(sin título) II

[...]

- Sé que para nada era perfecto. Sé que cometí más errores de los que pueden ser perdonados. Pero te juro que no entiendo cómo ha podido acabar todo así, oliendo a podrido, a rancio.

- Es fácil: nunca intentes salvar a alguien que no quiere ser salvado. Corres el riesgo de hundirte con él. Esto me lo dijo alguien una vez y tenía razón. 

'tequila'
     

No hay comentarios:

Publicar un comentario